1. Analiza a tu alrededor

Puede que estés trabajando en una gran empresa que puede que tenga sedes y sucursales en otros países. Échale valor y pregunta cómo podrías llegar a trabajar allí o, al menos, si tendrías alguna posibilidad. Si tu realidad laboral no es tan idílica, zambúllete de lleno en Internet y busca esas grandes compañías que buscan candidatos dispuestos a trabajar alrededor del planeta. Aunque cueste creer, estas ofertas de trabajo existen.

2. Nútrete de la red

Internet está cargado de portales, herramientas y recursos que te permiten conocer el mercado laboral de tu destino ideal o de aquel país que te merodea la cabeza. En este sentido puedes consultar páginas especializadas que publiquen ofertas a las que puedas intentar acceder. Otra fuente de ofertas laborales son las páginas webs oficiales del país, ya que allí encontrarás información para extranjeros que buscan trabajo en ese nuevo destino.

3- ¿Qué nivel de lenguas tienes?

Aunque suponga un duro revés a tus aspiraciones para cambiar de vida, trasladarte a un nuevo país te obliga a analizar cuál es realmente tu nivel de lenguas y, lo que es más importante, a conseguir títulos o certificados que acrediten que dispones de ese nivel de lengua. No basta con poner en el currículum inglés alto porque aunque aquí te funcione, en otros países son mucho más serios. Independientemente de cuál sea tu destino, debes procurar tener un nivel de inglés alto o, como mínimo, medio.

trabajo en el extranjero

4. Aspectos burocráticos

Aunque cambies de país no te escaparas de todos los aspectos que implican el tan famoso papeleo. Sobra decir que para cambiar de país debes tener tu documentación (pasaporte y DNI) al día, así como herramientas que puedas utilizar como son licencias que puedan acreditar tu capacidad para realizar cualquier actividad, como puede ser el carnet de conducir. No olvides que debes tener el visado del país receptor actualizado. Otro aspecto burocrático que debes tener al día es la actualización de tu currículo vitae en inglés para que puedas entregarlo en las futuras entrevistas de trabajo.

5. El equipaje ideal

Cada destino exige unas cosas distintas a nivel práctico, por lo que hace que tu equipaje sea distinto. No basta con la ropa y todo aquello que meterás en el recipiente en cuestión, sino también el equipaje que llevas en la vida, en el día a día. Antes de marcharte debes dedicar un tiempo importante a despedirte de la familia y de los amigos que dejas atrás, y dejar bien claro cómo os podréis comunicar ya que en los momentos duros y difíciles, que los habrá, serán tu fuente de energía.

6. Vivienda y facilidades en el nuevo destino

Pase lo que pase y vaya todo como vaya, nunca te marches con lo puesto. Asegúrate de contactar, al menos, algún sitio en el que hospedarte a tu llegada al nuevo destino. Si no contratas un alquiler de vivienda, al menos cierra un hotel que te pueda acoger los primeros días y que te sirva de cuartel general para que puedas moverte con la seguridad de que al final del día encontrarás una habitación en la que reponer las fuerzas. Una vez instalado temporalmente conoce bien la nueva ciudad y las cosas buenas y las cosas malas de cada zona para decidir dónde te instalarás.

 

Esperamos haberte ayudado en este importantísimo paso que vas a dar o, como mínimo, haber calmado esos nervios que te atacan en estos momentos.